jueves, 16 de abril de 2009

Ayer mientras caminaba hacia mi casa, un loco se cayó, una mina se puso a vomitar y un panky metal core con ojos inyectados en sangre me pidió una moneda.
Cuando subí al ascensor mi vecino del piso 16 se subió y le faltaba la pierna izquierda. Hoy, cuando desperté con toda la pintura corrida por la catarsis de ayer apenas y logré levantarme para ir a trabajar, y sorpresa! Ahí estaba mi vecino otra vez, radiante y cagao de la risa, lo miré con ojos de odio, igual que cuando reparo en escenas de amor tan tan dulces que hostigan, y el loco me dice, es que todos los días me levanto con el pie derecho.
Me dio vergüenza andar preocupándome por estupideces, y decidí, seguir, caminar e intentar dejar atrás los problemas con mis dos piernas.