lunes, 19 de octubre de 2009

Mientras en el club hípico todos alzaban sus puños gritando fuerte y disonante el tan coreado digo no! yo repasaba y repetía incesantemente si o no, si o no, si o no. La noche pasaba, las canciones también y yo más ganas tenía de ver el mar, pero me asaltaban las dudas… motores de los reacciones más imprevistas e inesperadas de cualquier ser. No paso mucho cuando mis incertidumbres comenzaron a sonar “Dumb dumb” se acrecentaba el impulso “dumb dumb” de forma cúbica, no rectangular “dumb dumb” a todo color y en 3D. Tanto fue que para cuando por fin decidí viajar ya estaba arriba de un bus a media hora de Valparaíso.
Cerro arriba, buscaba si por casualidad encontraba un “libre, linda y loca” que me apoyara en mi estructura emotiva-racional, hacia abajo las tapias parecían tener sus propios tonos y melodías mientras yo seguía con los ojos pegados al vidrio para que nada de ello se me olvidara. Mientras, la gente aparecía por abajo de las veredas con el pelo brillante y anteojos de sol, a mi me dio por sonreír.
“Acá hay mucho que contar” refrendaba mientras repasaba todo lo visto. En eso estaba cuando Teleradio Donoso me sacó del trance. Para aquel entonces ya estaba donde la cota con un cigarro en la mano y un perro rasguñándome las piernas. No pasó mucho y otra vez estaba sumergida en ese lugar en donde tan tranquila me siento. “Él tiene algo raro, es tranquilo pero no, es serio pero no, es tierno pero no… o bueno quizás no lo conozco y las conjeturas son en base a nada”.
De la noche no recuerdo nada muy bien, sólo que me gustó un lugar camino a la botillería que tenía un puente, pero sin agua ni peces.
El lunes amaneció nublado y a medio día también el lunes, pero él lo hizo colorear, y especial. Creando su religión y haciendo que un perro se transformase en dios, con las rodillas enterradas en la arena había tanto que contar. Se ataron lazos, soltaron nudos y derribaron muros, y el viento era grato, y esconderme del también pero ya eran las 4, pero ya era el último cigarro.
De vuelta a santiago pensaba “Él tiene algo raro, pero las conjeturas no las sacaré, pare que…”.