martes 28 de abril de 2009/lun

“cuando falleció, Isabel Bohórquez pesaba sólo 32 kilos…” . Todas las mañanas apenas abro el diario me encuentro con este tipo de encabezados. Pero el de hoy tenía algo que lo hacia más espantoso de lo común. Isabel, la mujer que murió, tenía síndrome de Down, al leer ese detalle los ojos se me abrieron y mi cabeza se acercó rapidamente al diario para asegurarme de no haber leído mal… que ganas de verla, que ganas de topármela, que ganas de hacerle lo mismo que esa mierda de ser humano hizo con su hermana…y esque duele cuando uno vive tan de cerca lo que es tener un hermanito con deficiencia mental… en mi caso dos.
Yo nunca le haría eso a la chinita, ella me ilumina la vida, me abraza y cobija, me hace sentir orgullosa, haciendo que el pecho se me hinche igual que el de una paloma. Es graciosa, inocente, creativa, es responsable y puntual, es todo lo mejor de un ser humano pero concentrado y coronado con un par de ojos rasgados de parpados cortitos que apenas y se cierran cuando ella se ríe.
Yo no se como si la señora Otilia y yo compartimos la misma condición de hermana de un down a mi no me cabe el amor por la cata en el corazón y ella la deja morir como un perro