viernes, 6 de marzo de 2009

yo anduve con Edmundo Varas

Si se, puedo que esto suene un tanto cruel, pero hoy mientras almorzaba con la Mónica y nos contábamos todo lo que había sucedido durante el verano me di cuenta de algo. Yo había tenido un mino que era igualito a Edmundo, no porque me cantara canciones de grupos mexicanotes o fuera bajito, sino porque poseían muchas cosas en común: voz de pito, dramatismo extremo, y una insaciable e incontrolada necesidad de que los quieran.
Así es, yo me enfrenté a toda la furia de “Edmundo: el terror del vodka” y es que el copete era la llave que libera a la mini bestia, la cual se encontraba rauda y dispuesta para hacer y decir todo lo que se le ocurriera.
Gracias a Dios todo eso ya pasó y sólo se presenta en mi memoria como un mal recuerdo sobre un mino victima y controlador. Como dice el Álvaro, debería haber elegido mejor el clavo.

1 comentario:

Unknown dijo...

inetereshante y shuperloco