viernes, 27 de febrero de 2009

Igual ayer fue un día raro, como bipolar, aunque no se si esa palabra sea la más indicada, pero bueno, ayer fue un día extraño, mas lindo que de costumbre, y sorprendente, no cambiaría nada de lo que ayer viví, porque ayer lloré de la alegría que tenía, porque volví a sentir ese dolor fuerte en el pecho aunque ya lo se contener, porque tras las gafas igual todo era demasiado obvio.
Hay momentos que uno no olvida, como ese cuando caminábamos pegados al mp3 con todas las luces de Los Leones bien arriba, o las carreras por la Alameda. Ayer fue uno de esos días.

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